Muchos principiantes conocen la sensación de dolor articular después de haber empezado a hacer deporte. A menudo, el dolor muscular y articular no entrenado tiende a desanimar a las personas a continuar y les lleva a un repentino abandono. Aunque algunos dolores son explicables, otros pueden ser preocupantes.
¿Cuáles son las causas del dolor articular?
Una sobrecarga de ejercicio y el estrés en las articulaciones pueden causar dolor, sin embargo, este dolor debería desaparecer de la noche a la mañana. Sólo cuando el dolor articular o muscular persiste durante más de 3 días puede considerarse una señal de alarma del organismo. Normalmente, el dolor persistente es el resultado de la inflamación del tejido cartilaginoso, de los ligamentos estabilizadores alrededor de la articulación o de la propia articulación.
Artritis
Muchas enfermedades pueden afectar a las articulaciones del cuerpo y causar dolor. La artritis es especialmente frecuente. Se trata de un desgaste de las articulaciones relacionado con la edad que provoca inflamación y dolor intenso. Está causada por una producción y suministro insuficientes de colágeno en el cuerpo. La artritis suele notarse después de sesiones de ejercicio, debido a que las articulaciones han rozado intensamente entre sí en un corto periodo de tiempo. Si el dolor persiste y se convierte en una inflamación crónica, las articulaciones pueden deformarse. Esta deformación puede, en ocasiones, provocar una limitación permanente y restricciones en los movimientos. La inflamación de la articulación también puede extenderse a los huesos y causar graves consecuencias. Se recomienda aclarar con un médico si el dolor que se siente está relacionado con los ejercicios o si se trata de artritis.
Alivio del dolor muscular y articular a corto plazo
Si ya te duelen los músculos y las articulaciones, puedes recurrir a todo tipo de remedios caseros. Te recomendamos las pomadas analgésicas a base de hierbas o el aceite analgésico de acónito, que es un maravilloso remedio homeopático que no interfiere demasiado con los niveles hormonales del cuerpo. Si le sigue doliendo la articulación, evite ejercer demasiada presión para mantener la elasticidad del cartílago, lo que permitirá su estimulación y su regeneración. No confíe nunca en el ibuprofeno o el paracetamol de forma permanente, ya que tienden a ocultar las verdaderas causas del dolor articular. Si experimenta un dolor muscular crónico, es una señal de alarma que no debe ignorar.
La prevención es la clave
Para evitar futuros dolores musculares y articulares, hay que calentar y estirar mucho antes de hacer ejercicio. Se recomienda empezar con un entrenamiento ligero que no supere un tercio de la intensidad de su entrenamiento completo. Esto debería evitar el dolor muscular y articular que se siente después de los ejercicios. Además, se estimula el metabolismo y la circulación sanguínea en el sistema musculo esquelético y se promueve la elasticidad de los músculos. Es importante prestar atención a las técnicas y formas de los ejercicios al hacer deporte. Además, se recomienda conseguir un calzado adaptado al tipo de ejercicios realizados y al tipo de pie del deportista. No hay que olvidar que el jogging genera una fuerza sobre las articulaciones que es entre tres y cinco veces superior al peso corporal. Por lo tanto, es muy importante asegurarse de tener el equipo adecuado para el ejercicio.
Grasas y minerales
Los estudios han descubierto que los pacientes con artritis tienen niveles especialmente bajos de zinc. El zinc es un mineral que tiene efectos antiinflamatorios y, por tanto, alivia el dolor. Además, el zinc atrapa los radicales libres en la sangre, lo que evita que el dolor aumente. El zinc también desempeña un papel esencial en la curación de las heridas. Este mineral se puede encontrar en el marisco, las nueces brasileñas y las lentejas.
Los ácidos grasos Omega-3 también son indispensables para la salud de las articulaciones y el dolor muscular, ya que también tienen propiedades antiinflamatorias.
Frutas y verduras
Aunque a mucha gente no le gusta comer verduras, éstas tienen muchos efectos positivos en la construcción y regeneración del cartílago, ya que son especialmente ricas en calcio. Este mineral es extremadamente importante en la reconstrucción del cartílago por el colágeno. Además, las verduras verdes contienen grandes cantidades de ácido fólico y potasio, que protegen las articulaciones de las toxinas celulares y evitan el desgaste del cartílago. Hay que comer buenas cerezas, pero no sólo en verano. Esta baya roja estimula la producción de colágeno del propio cuerpo. Sin embargo, dependiendo de la edad de la persona, esta estimulación puede hacer que se produzcan cantidades demasiado pequeñas de colágeno. Por ello, se recomienda suministrar al organismo una ración de colágeno en polvo además de la ración diaria de cerezas. Es importante recordar que es imposible que el cuerpo sature y almacene el colágeno, sin embargo, no hay nada que se interponga en el camino de la prevención del dolor articular.